MOTIVACIÓN

              Según Albert Einstein la voluntad humana es la fuerza motriz más poderosa de la humanidad. La voluntad es uno de los dos pilares que hacen que las personas consigan sus objetivos, es el pilar de la cognición o consciencia acerca de algo. Es la que marca la dirección por la que el individuo opta o por la que se siente atraído. El otro pilar es el factor emocional, la intensidad del esfuerzo que el individuo le imprime a su acción.

              Así pues, se puede decir que la motivación es todo aquello que mueve a las personas para que realicen cualquier acción y persistan en ella hasta su culminación, es decir, la motivación es la llave que abre las puertas para la consecución de cada objetivo que las personas se plantean en su vida.

              Este término no es un todo o nada, no sólo es blanco o negro, sino que es una escala que puede tener distintos matices en función de determinados aspectos. Por este motivo, la importancia de generar un clima motivacional positivo, de fomentar una orientación a la tarea, inculcar una percepción de crecimiento procesual más que resultadista, promover la importancia de valores deportivos, etc. es clave para que la motivación de los deportistas esté más próxima a una motivación intrínseca (la que sale de la propia persona sin que haya incentivo externo) que a la desmotivación o amotivación, y que los deportistas cuya motivación tiene un carácter más extrínseco (propiciada por incentivos externos) se vayan encontrando cada vez mejor y sintiendo cada vez un mayor impulso para seguir practicando la actividad deportiva que realizan.

              Si esto no ocurre, lo más probable es que todos esos deportistas que están incómodos, se sienten desganados, sienten que han perdido el interés y están cansados, no acaben  rindiendo a un buen nivel o incluso terminen abandonando el club o deporte.

              Este factor es una de las claves para un buen rendimiento deportivo y todas las situaciones, en cualquier deporte, en las que un «David» vence a un «Goliath» son un buen ejemplo de ello.